Urraca

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Urraca es una mujer que no sigue las normas de la sociedad medieval y las rompe de muchas maneras. Urraca cuestiona muchos aspectos de lo que debe hacer una mujer en una sociedad patriarcal. Ella las rompe con el hecho de contar una crónica que no va en un orden cronológico e incorpora los sentimientos. Ella usa la verdad y lo inventado para completar su crónica. Urraca usa su sexualidad para manipular sus esposos, amantes, obispos, monjes entre otros para poder ser la mejor reina posible. El hecho de que una mujer sea reina rompe la idea que solo los hombres pueden reinar. Urraca también se asocia son figuras marginadas. Se asocia con gente que son vistas negativamente en la sociedad y la iglesia. Urraca es una mujer que hace lo necesario para ser reina y proteger lo que es suyo a costa de lo que sea. Una mujer feminista y fuerte para su tiempo.

La palabra crónica viene de la palabra “cronos” del griego. Una crónica tiene que ser una que describe eventos en una forma cronológica. No debe saltar la lógica del tiempo. Urraca cuenta una crónica para que se sepa su versión de la verdad de los hechos. En el tiempo de Urraca, que eran los años medievales, era normal que el hombre redactara una crónica. Era un tiempo donde la sociedad era patriarcal. Una sociedad donde el hombre tiene control de mucho de lo que pasa con libros, reinados, y muchas otras cosas. Una mujer no escribía crónicas porque no se veía como una Historia real. La mujer es una que se basa en sus sentimientos y no conduciría a una crónica aceptable en la sociedad.

Urraca rompe las normas fijas sobre cómo se escribe y cuenta una crónica. Ella le cuenta a Roberto, un monje, su historia saltando la lógica del tiempo y contando sobre personajes que no vienen al caso. Ella usa la primera y tercera persona en su relato. La primera persona es cuando ella usa el “yo”. Cuando ella usa la primera persona, se refiere a los sentimientos de su historia. Ella le cuenta lo que pasa tocando los sentimientos de Roberto y de las personas o hechos que cuenta. Esto es algo que no se ve en las crónicas normalmente. Una crónica es la historia con hechos reales y nada más. Urraca rompe esa norma y toca el tema de los sentimientos. Al igual, Urraca desafía las normas al usar el espacio privado en su historia. Cuando habla de su madre, Urraca habla de su casa y la recamara donde ella estaba. Urraca mete a su lector en espacios que otras crónicas no han hecho que es llevarnos a lugares muy íntimos que también toca al lector de una forma diferente. La primera persona es la historia que llega a los sentimientos y que se ha hecho antes y por eso desafía a todas las crónicas antes escritas en su tiempo.

La tercera persona se usa cuando Urraca se refiere a ella misma como la Reina. Aquí, la Reina usa más técnicas conformes a las crónicas aceptadas. Ella se refiere a los hechos que pasaron mientras ella reinaba. Ella usa aquí los espacios públicos. Urraca en general usa más la manera que no es tradicional. Urraca tiene muchas verdades versus la Historia universal de la verdad que es la expectativa. Urraca inventa y eso es algo que no es visto como algo bueno en su tiempo. Es una manera como mujer rompe las normas. Ella libera la estructura de la crónica y la política en el rol de la mujer al escribir esta crónica. “Los cuentos y la realidad, Roberto, en ocasiones se confunden”.

En el siglo XI, las mujeres eran vistas más sumisas en la sociedad patriarcal. Lo que esto significa es que el hombre dominaba sobre la mujer sin importar los sentimientos de ella. La vida de Urraca se refleja en el tratado de su padre hacia su madre. Su madre Constanza tuvo una vida de rechazo y humillación mientras estuvo casada con Alfonso XI, padre de Urraca. El padre de Urraca dominó la relación que tuvo con sus amantes, incluyendo la relación con Constanza. A pesar de que Constanza era restringida hacia cierto poder, ella sabía cómo manipular al hombre y esto lo sabemos por los actos de la misma Urraca. Al igual sabemos que Constanza influenció la vida de Urraca al llevar una vida más independiente como mujer. Los derechos de la mujer eran restrictivos al hogar y al cuidado de su hombre. Constanza tuvo que compartir su hombre con otras mujeres ya que ella no pudo darle al varón que él deseaba. Ella era la otra, la mujer sin derecho a reclamar su posición.

Sin duda alguna, Constanza supo superar sus derechos como mujer al saber cómo controlar al hombre en una forma diferente y con discreción. Aunque no era ¨poder¨ de reinado lo que ella poseía, lo que Constanza tenía era el poder que toda mujer suele utilizar, el poder de la seducción. ¨Constanza no eran tan débil como yo había pensado, pero sus armas eran los rezos, las jaculatorias y la coquetería sabiamente administrada¨´ (Ortiz 17). Hubieron varios casos en los cuales su forma de hablar, su cuerpo, su sexualidad hacia los hombres en que llevaron a Constanza más allá de lo que una mujer lograba obtener. Constanza sabía manipular a los monjes para poder obtener su lado. El rol de la mujer era visto como un ser humano débil sin protección y sin autoridad. Se dice que los actos de la mujer fueron los que ocasionaron varias desgracias como la que ocurrió en la ciudad de Toledo. Constanza se reconoce como la mujer que tuvo culpa en la construcción de la catedral de Toledo. Muchos culparon los problemas religiosos en el pueblo por consecuencia de la influencia de Constanza. Pero gracias a la influencia de Constanza, hoy en día se puede apreciar la segunda catedral gótica más grande de Europa.

Pedro de Lara y Gelmírez fueron dos de los tantos amantes que tenía Urraca. Gelmírez era un obispo, del cual era visto como un Dios por los monjes. Urraca se refiere a Gelmírez como el su gran aliado, el gran vencedor de su torneo (Ortiz 21). Un obispo mantiene el control y vigilancia de las leyes de la iglesia. Si Urraca lograba seducir al hombre con más poder de la iglesia, entonces esto significaba que podía manipular con facilidad a los que estaban debajo del poder del mismo obispo y finalmente poder llegar al poder que ella siempre deseó.

Raimundo de Borgoña fue el primer esposo de Urraca, padre de sus dos hijos, Alfonso XII y Sancha Raimúndez. Este matrimonio fue organizado por el padre de Urraca, pensando en la única posibilidad de que el Imperio se mantuviera y así poder unir las dos coronas más poderosas de todos los reinos peninsulares (Ortiz 40). Al igual que el caso con su segundo esposo, Alfonso de Aragón, quien era homosexual, Urraca solo veía por el bienestar de que su hijo Alfonso Raimúndez que heredaría ambos reinos tras la muerte de Urraca.

El monje Roberto solo fue otra víctima más de Urraca. Se da a entender que esta crónica fue narrada solo para él, pero en distintas ocasiones se destapa el verdadero propósito de su relación con él. Al principio se puede distinguir el control que el monje Roberto tiene sobre la reina Urraca. Urraca es una prisionera que se encuentra encerrada en una torre por causa de su hijo Alfonso VII y el obispo Gelmírez. La relación de la reina y el monje comenzó un poco distante, él como monje solo se encargaba de llevarle la comida y para hacerle compañía y se ponía a pintar sus cuadros mientras ella procedía con largas conversaciones que al monje le agradaban. Por medio de las conversaciones que ocasionalmente ocurrían en la celda, Urraca fue poseyendo control sobre el monje Roberto sin que él se diera cuenta. Lo más curioso es que esto fue aprendido por su madre, Constanza, ya que ella lo menciona en varias ocasiones. “Y a partir de aquel día comprendí que si yo era capaz de aunar el rigor de mi padre con el ‘saber hacer’ de Constanza, no habría nadie que pudiera interponerse en mi camino hacia el imperio” (Ortiz 19). Es claro que el ´saber hacer´ del cual ella se refiere es el acto de sobresalir como mujer, y si eso consiste en defraudar a la misma familia pues era válido. Nada podía interferir en su deseo de llegar a apoderarse de todo lo que a ella le pertenecía.

Al final de la novela vemos como los papeles de ambos personajes se cambiaron. Él resultó ser el débil de la relación que ocasionó la manipulación de la reina que al final tuvo control propio sobre él. ¨Yo fui aquella que escapó de la torre-fortaleza del Castellar, rescatada por Gómez González, y yo fui la que, segura ya en mis tierras, reuní un poderoso ejército para combatir a las tropas de mi esposo, y fui también la que decidió que fuera el conde de Lara el que mandara ese ejército para rebajar las ínfulas de Gómez González, que desde la enfermedad de Alfonso se atribuía demasiados derechos¨ (Ortiz 110).

Urraca desafía las normas al ser una mujer que acepte y valore figuras marginalizadas. Las figuras marginalizadas son personas que no son aceptadas en la sociedad. Hay tres figuras que no son vistas con afecto en la sociedad en la crónica de Urraca. Poncia es una bruja que va contra los ideales del cristianismo. Cidellus, un judío, es visto como alguien no bienvenido en la sociedad por el hecho de ser judío y no católico. Alfonso, el segundo esposo de Urraca, es un hombre homosexual que es marginalizado por su preferencia sexual. Las tres figuras son ejemplos de lo que la sociedad no aceptaba y Urraca como mujer que rompe las normas acepta a cada persona de una manera particular y desafía el rol de la mujer en la sociedad. Poncia es una bruja que le daba muchos consejos a Urraca. Urraca aprendió de la brujería con ella. Urraca apreciaba y aprendió de una bruja y eso va en contra de lo que la sociedad y la iglesia veían aceptable.

Poncia le deja saber a Urraca que ella será reina de Toledo. Para empezar, una reina no es vista como algo positivo. El hombre es quien gobierna y manda. Una mujer que reine es anormal. Una bruja que le diga que una mujer será reina es rechazo del rol de la mujer en la sociedad. Urraca mata dos pájaros con un tiro al aceptar una bruja y aceptar y reconocer que ella será reina. “Poncia tuvo fe en mí y desde aquel día confíe en ella, y su confianza desencadenó esa voluntad y esa energía que tanto me ha ayudado, y por eso, la conserve a mi lado….”(Ortiz 58).

El judío era un médico y sabio que ella apreciaba por sus consejos. Urraca usaba sus ideas para su reinado y tácticas. Un judío no era católico as que la sociedad no veía bien a Cidellus. Urraca rompe las normas al querer ser mujer reina y aparte usa a Cidellus como un hombre de consejos para su forma de reinar. Cidellus le deja saber a Urraca que lo más importante son las letras, es decir, ser una persona culta y estudiada. Esto no es algo típico de una mujer y eso es romper las normas. Ella es una mujer muy inteligente y sabe manipular gente y eventos para poder ser la mejor reina. Urraca tiene una personalidad como hombre cuando se trata de sus tácticas para conservar su reinado. Una mujer no debe ser tan fuerte ni tan inteligente en cosas de reinados.

Alfonso de Aragón fue el segundo esposo de Urraca. Alfonso era un hombre homosexual pero casado con Urraca. Urraca aunque tuvo muchos amantes, una característica atípica de una mujer, se casó con él por mantener control de su reinado. Alfonso por ser homosexual es una figura marginada. La iglesia católica nunca lo aceptaría. Incluso Urraca tuvo que tener relaciones sexuales en frente de otros para que su matrimonio fuera uno creíble. Una mujer no se casa con un homosexual por gusto. Urraca usa eso como una manera de seguir en marcha con su plan de ser reina. Una mujer de su tiempo no estaría de acuerdo de casarse con un hombre homosexual. Estas figuras ayudan a moldear el tipo de mujer que era Urraca, una mujer que no sigue las reglas de la sociedad de su tiempo. No le importó que a estas personas las veían mal. Ella siguió con su plan y no le impidió en su rompimiento de lo que debe hacer y ser la mujer.

La novela de Urraca por Lourdes Ortiz nos destaca los cuestionamientos hacia el rol reducido de la mujer en la sociedad medieval. Por medio de su crónica, el uso de la sexualidad y las figuras marginadas, ella logra romper normas que las mujeres seguían. Su vida es un desafío del rol de la mujer en la sociedad medieval. Urraca quería que su pueblo supiera su versión de la “verdad” para que la gente la aceptara. Y como siempre logrando desenvolver el desafío de su rol femenino para su conveniencia. Nadie puede menospreciar el poder de una mujer cuando tiene estructuras fijas.

Title
Urraca
Creator
Jessica Yandún y Mónica Morales
Source
Urraca es una mujer que no sigue las normas de la sociedad medieval y las rompe de muchas maneras. Urraca cuestiona muchos aspectos de lo que debe hacer una mujer en una sociedad patriarcal. Ella las rompe con el hecho de contar una crónica que no va en un orden cronológico e incorpora los sentimientos. Ella usa la verdad y lo inventado para completar su crónica. Urraca usa su sexualidad para manipular sus esposos, amantes, obispos, monjes entre otros para poder ser la mejor reina posible. El hecho de que una mujer sea reina rompe la idea que solo los hombres pueden reinar. Urraca también se asocia son figuras marginadas. Se asocia con gente que son vistas negativamente en la sociedad y la iglesia. Urraca es una mujer que hace lo necesario para ser reina y proteger lo que es suyo a costa de lo que sea. Una mujer feminista y fuerte para su tiempo.

La palabra crónica viene de la palabra “cronos” del griego. Una crónica tiene que ser una que describe eventos en una forma cronológica. No debe saltar la lógica del tiempo. Urraca cuenta una crónica para que se sepa su versión de la verdad de los hechos. En el tiempo de Urraca, que eran los años medievales, era normal que el hombre redactara una crónica. Era un tiempo donde la sociedad era patriarcal. Una sociedad donde el hombre tiene control de mucho de lo que pasa con libros, reinados, y muchas otras cosas. Una mujer no escribía crónicas porque no se veía como una Historia real. La mujer es una que se basa en sus sentimientos y no conduciría a una crónica aceptable en la sociedad.

Urraca rompe las normas fijas sobre cómo se escribe y cuenta una crónica. Ella le cuenta a Roberto, un monje, su historia saltando la lógica del tiempo y contando sobre personajes que no vienen al caso. Ella usa la primera y tercera persona en su relato. La primera persona es cuando ella usa el “yo”. Cuando ella usa la primera persona, se refiere a los sentimientos de su historia. Ella le cuenta lo que pasa tocando los sentimientos de Roberto y de las personas o hechos que cuenta. Esto es algo que no se ve en las crónicas normalmente. Una crónica es la historia con hechos reales y nada más. Urraca rompe esa norma y toca el tema de los sentimientos. Al igual, Urraca desafía las normas al usar el espacio privado en su historia. Cuando habla de su madre, Urraca habla de su casa y la recamara donde ella estaba. Urraca mete a su lector en espacios que otras crónicas no han hecho que es llevarnos a lugares muy íntimos que también toca al lector de una forma diferente. La primera persona es la historia que llega a los sentimientos y que se ha hecho antes y por eso desafía a todas las crónicas antes escritas en su tiempo.

La tercera persona se usa cuando Urraca se refiere a ella misma como la Reina. Aquí, la Reina usa más técnicas conformes a las crónicas aceptadas. Ella se refiere a los hechos que pasaron mientras ella reinaba. Ella usa aquí los espacios públicos. Urraca en general usa más la manera que no es tradicional. Urraca tiene muchas verdades versus la Historia universal de la verdad que es la expectativa. Urraca inventa y eso es algo que no es visto como algo bueno en su tiempo. Es una manera como mujer rompe las normas. Ella libera la estructura de la crónica y la política en el rol de la mujer al escribir esta crónica. “Los cuentos y la realidad, Roberto, en ocasiones se confunden”.

En el siglo XI, las mujeres eran vistas más sumisas en la sociedad patriarcal. Lo que esto significa es que el hombre dominaba sobre la mujer sin importar los sentimientos de ella. La vida de Urraca se refleja en el tratado de su padre hacia su madre. Su madre Constanza tuvo una vida de rechazo y humillación mientras estuvo casada con Alfonso XI, padre de Urraca. El padre de Urraca dominó la relación que tuvo con sus amantes, incluyendo la relación con Constanza. A pesar de que Constanza era restringida hacia cierto poder, ella sabía cómo manipular al hombre y esto lo sabemos por los actos de la misma Urraca. Al igual sabemos que Constanza influenció la vida de Urraca al llevar una vida más independiente como mujer. Los derechos de la mujer eran restrictivos al hogar y al cuidado de su hombre. Constanza tuvo que compartir su hombre con otras mujeres ya que ella no pudo darle al varón que él deseaba. Ella era la otra, la mujer sin derecho a reclamar su posición.

Sin duda alguna, Constanza supo superar sus derechos como mujer al saber cómo controlar al hombre en una forma diferente y con discreción. Aunque no era ¨poder¨ de reinado lo que ella poseía, lo que Constanza tenía era el poder que toda mujer suele utilizar, el poder de la seducción. ¨Constanza no eran tan débil como yo había pensado, pero sus armas eran los rezos, las jaculatorias y la coquetería sabiamente administrada¨´ (Ortiz 17). Hubieron varios casos en los cuales su forma de hablar, su cuerpo, su sexualidad hacia los hombres en que llevaron a Constanza más allá de lo que una mujer lograba obtener. Constanza sabía manipular a los monjes para poder obtener su lado. El rol de la mujer era visto como un ser humano débil sin protección y sin autoridad. Se dice que los actos de la mujer fueron los que ocasionaron varias desgracias como la que ocurrió en la ciudad de Toledo. Constanza se reconoce como la mujer que tuvo culpa en la construcción de la catedral de Toledo. Muchos culparon los problemas religiosos en el pueblo por consecuencia de la influencia de Constanza. Pero gracias a la influencia de Constanza, hoy en día se puede apreciar la segunda catedral gótica más grande de Europa.

Pedro de Lara y Gelmírez fueron dos de los tantos amantes que tenía Urraca. Gelmírez era un obispo, del cual era visto como un Dios por los monjes. Urraca se refiere a Gelmírez como el su gran aliado, el gran vencedor de su torneo (Ortiz 21). Un obispo mantiene el control y vigilancia de las leyes de la iglesia. Si Urraca lograba seducir al hombre con más poder de la iglesia, entonces esto significaba que podía manipular con facilidad a los que estaban debajo del poder del mismo obispo y finalmente poder llegar al poder que ella siempre deseó.

Raimundo de Borgoña fue el primer esposo de Urraca, padre de sus dos hijos, Alfonso XII y Sancha Raimúndez. Este matrimonio fue organizado por el padre de Urraca, pensando en la única posibilidad de que el Imperio se mantuviera y así poder unir las dos coronas más poderosas de todos los reinos peninsulares (Ortiz 40). Al igual que el caso con su segundo esposo, Alfonso de Aragón, quien era homosexual, Urraca solo veía por el bienestar de que su hijo Alfonso Raimúndez que heredaría ambos reinos tras la muerte de Urraca.

El monje Roberto solo fue otra víctima más de Urraca. Se da a entender que esta crónica fue narrada solo para él, pero en distintas ocasiones se destapa el verdadero propósito de su relación con él. Al principio se puede distinguir el control que el monje Roberto tiene sobre la reina Urraca. Urraca es una prisionera que se encuentra encerrada en una torre por causa de su hijo Alfonso VII y el obispo Gelmírez. La relación de la reina y el monje comenzó un poco distante, él como monje solo se encargaba de llevarle la comida y para hacerle compañía y se ponía a pintar sus cuadros mientras ella procedía con largas conversaciones que al monje le agradaban. Por medio de las conversaciones que ocasionalmente ocurrían en la celda, Urraca fue poseyendo control sobre el monje Roberto sin que él se diera cuenta. Lo más curioso es que esto fue aprendido por su madre, Constanza, ya que ella lo menciona en varias ocasiones. “Y a partir de aquel día comprendí que si yo era capaz de aunar el rigor de mi padre con el ‘saber hacer’ de Constanza, no habría nadie que pudiera interponerse en mi camino hacia el imperio” (Ortiz 19). Es claro que el ´saber hacer´ del cual ella se refiere es el acto de sobresalir como mujer, y si eso consiste en defraudar a la misma familia pues era válido. Nada podía interferir en su deseo de llegar a apoderarse de todo lo que a ella le pertenecía.

Al final de la novela vemos como los papeles de ambos personajes se cambiaron. Él resultó ser el débil de la relación que ocasionó la manipulación de la reina que al final tuvo control propio sobre él. ¨Yo fui aquella que escapó de la torre-fortaleza del Castellar, rescatada por Gómez González, y yo fui la que, segura ya en mis tierras, reuní un poderoso ejército para combatir a las tropas de mi esposo, y fui también la que decidió que fuera el conde de Lara el que mandara ese ejército para rebajar las ínfulas de Gómez González, que desde la enfermedad de Alfonso se atribuía demasiados derechos¨ (Ortiz 110).

Urraca desafía las normas al ser una mujer que acepte y valore figuras marginalizadas. Las figuras marginalizadas son personas que no son aceptadas en la sociedad. Hay tres figuras que no son vistas con afecto en la sociedad en la crónica de Urraca. Poncia es una bruja que va contra los ideales del cristianismo. Cidellus, un judío, es visto como alguien no bienvenido en la sociedad por el hecho de ser judío y no católico. Alfonso, el segundo esposo de Urraca, es un hombre homosexual que es marginalizado por su preferencia sexual. Las tres figuras son ejemplos de lo que la sociedad no aceptaba y Urraca como mujer que rompe las normas acepta a cada persona de una manera particular y desafía el rol de la mujer en la sociedad. Poncia es una bruja que le daba muchos consejos a Urraca. Urraca aprendió de la brujería con ella. Urraca apreciaba y aprendió de una bruja y eso va en contra de lo que la sociedad y la iglesia veían aceptable.

Poncia le deja saber a Urraca que ella será reina de Toledo. Para empezar, una reina no es vista como algo positivo. El hombre es quien gobierna y manda. Una mujer que reine es anormal. Una bruja que le diga que una mujer será reina es rechazo del rol de la mujer en la sociedad. Urraca mata dos pájaros con un tiro al aceptar una bruja y aceptar y reconocer que ella será reina. “Poncia tuvo fe en mí y desde aquel día confíe en ella, y su confianza desencadenó esa voluntad y esa energía que tanto me ha ayudado, y por eso, la conserve a mi lado….”(Ortiz 58).

El judío era un médico y sabio que ella apreciaba por sus consejos. Urraca usaba sus ideas para su reinado y tácticas. Un judío no era católico as que la sociedad no veía bien a Cidellus. Urraca rompe las normas al querer ser mujer reina y aparte usa a Cidellus como un hombre de consejos para su forma de reinar. Cidellus le deja saber a Urraca que lo más importante son las letras, es decir, ser una persona culta y estudiada. Esto no es algo típico de una mujer y eso es romper las normas. Ella es una mujer muy inteligente y sabe manipular gente y eventos para poder ser la mejor reina. Urraca tiene una personalidad como hombre cuando se trata de sus tácticas para conservar su reinado. Una mujer no debe ser tan fuerte ni tan inteligente en cosas de reinados.

Alfonso de Aragón fue el segundo esposo de Urraca. Alfonso era un hombre homosexual pero casado con Urraca. Urraca aunque tuvo muchos amantes, una característica atípica de una mujer, se casó con él por mantener control de su reinado. Alfonso por ser homosexual es una figura marginada. La iglesia católica nunca lo aceptaría. Incluso Urraca tuvo que tener relaciones sexuales en frente de otros para que su matrimonio fuera uno creíble. Una mujer no se casa con un homosexual por gusto. Urraca usa eso como una manera de seguir en marcha con su plan de ser reina. Una mujer de su tiempo no estaría de acuerdo de casarse con un hombre homosexual. Estas figuras ayudan a moldear el tipo de mujer que era Urraca, una mujer que no sigue las reglas de la sociedad de su tiempo. No le importó que a estas personas las veían mal. Ella siguió con su plan y no le impidió en su rompimiento de lo que debe hacer y ser la mujer.

La novela de Urraca por Lourdes Ortiz nos destaca los cuestionamientos hacia el rol reducido de la mujer en la sociedad medieval. Por medio de su crónica, el uso de la sexualidad y las figuras marginadas, ella logra romper normas que las mujeres seguían. Su vida es un desafío del rol de la mujer en la sociedad medieval. Urraca quería que su pueblo supiera su versión de la “verdad” para que la gente la aceptara. Y como siempre logrando desenvolver el desafío de su rol femenino para su conveniencia. Nadie puede menospreciar el poder de una mujer cuando tiene estructuras fijas.
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