[Video por Salvador Macias, texto por Marion Gibney-Desmaison]
La ruta: Lavapiés a Plaza de Castilla
En De Madrid al cielo, Ismael Grasa usa muchísimos sitios para que el lector tenga una idea muy fuerte de dónde vive el protagonista, Cayetano Zenón, y los lugares en los cuales pasa su tiempo. Las descripciones son tan claras que se puede encontrar los sitios mencionados en los mapas de la ciudad (Madrid, España) sin esforzarse mucho. Lo que logra este estilo de escritura es poner al lector dentro de la historia para que pueda tener imágenes muy claras en la mente mientras va leyendo el texto.
Unos lugares importantes en De Madrid al cielo son los que aparecen en la ruta que toma Zenón cuando va a visitar a su antiguo amigo del partido comunista, Luis Llorente. Es importante esta ruta porque muestra las diferencias entre el barrio de Zenón, Lavapiés, y el barrio de Luis Llorente, Manoteras; ambos viven en barrios de Madrid, la capital del país, pero cada barrio se destaca mucho por las características que tiene y por la diferencia en la calidad de la vida en cada uno.
Para llegar a la casa de Luis Llorente, Zenón empieza en la plaza de Tirso de Molina y termina en la calle Condado de Treviño, donde se encuentra la casa de su amigo. Es importante notar que la razón por la cual Zenón hace este viaje es porque necesita dinero para pagar su alquiler. No tiene mucho trabajo, ni dinero, y hace dos meses que no paga el alquiler. Así que los dueños del piso le han dado dos días para obtener las 50.000 pesetas de alquiler. En Tirso de Molina, el protagonista coge una línea de metro para llegar a la estación en la plaza de Castilla, que está más al norte del centro que su propio barrio, que se encuentra al sureste del centro de Madrid. En la plaza de Castilla, Zenón toma un autobús, el 129, que lo deja “muy cerca de la casa de Luis Llorente” (Grasa 18). Al bajar del autobús 129, sube por la calle Condado de Treviño, donde empieza a comentar las diferencias entre este barrio y el suyo. Zenón gira a la izquierda para llegar a la casa de su antiguo amigo, donde ve que hay un portero en la entrada del edificio. Es una de las primeras diferencias que nota entre los dos barrios –en el barrio de Lavapiés donde vive Zenón, no hay porteros en las entradas de los edificios, solamente hay un portal y cualquiera persona puede entrar. Hay mucho menos vigilancia en Lavapiés. La cosa que, para Zenón, más se destacó en el edificio de Luis Llorente era el ascensor: en los pisos de Lavapiés no hay ascensores y todos tienen que subir y bajar las escaleras muchas veces al día, pero aquí en el edificio de su amigo, el ascensor es tan grande que cabría un ataúd adentro (Grasa). En Lavapiés, todavía tienen que bajar las escaleras aun si alguien haya muerto porque no hay otra opción para bajar el ataúd desde un piso de arriba.
La ruta del protagonista hacia la casa de un amigo que ha tenido éxito en su vida provee una reflexión sobre la relación entre la clase, el espacio urbano y la política. Cuando va para la casa de Luis Llorente, Zenón tiene que subir, físicamente, por las calles de Madrid. Esto representa su viaje a través de las clases sociales porque se ve que empieza por debajo en Lavapiés, un barrio obrero y bastante lleno de inmigrantes, y termina arriba, en Manoteras, un barrio mucho más lujoso con espacios privados y donde la gente se queda más en casa que en las calles. A lo largo de la ruta, cruza las fronteras de las clases sociales, un hecho que le hace esforzarse bastante. No es fácil llegar a Manoteras desde la plaza de Tirso de Molina, donde empieza Zenón su expedición. Tiene que coger el metro y un autobús para poder estar cerca de la casa de su amigo, y desde la parada del autobús todavía tiene que caminar un poquito para encontrar el edificio. Tiene que tomar el transporte público para llegar en los barrios más lujosos que el suyo porque estos barrios están físicamente lejos de los barrios pobres y de clase obrera.
Una vez en el barrio lujoso, Zenón se da cuenta de que no hay tanta gente en las calles y que haya menos ruido que en Lavapiés. Una razón por este fenómeno podría ser el hecho que el dinero puede comprar seguridad y tranquilidad. El protagonista le dice al lector que hay muchos jardines privados en el barrio de su amigo, y que muchas casas tienen piscinas dentro de estos jardines. Por eso, es más claro la razón por la cual la gente más rica se queda dentro de la casa o dentro de su propiedad: no le falta mucho y tienen el espacio (privado) para poder quedarse fuera de los espacios públicos (las calles, por ejemplo). En Lavapiés, los pisos son tan pequeños que la gente no quiere quedarse dentro de su propiedad porque no tienen mucho allá y ¡casi no hay espacio para vivir! Es por eso que se encuentra a mucha gente en las calles o en los parques en Lavapiés, y es por eso que Zenón casi nunca se queda en casa. En este sentido, Zenón representa a toda la gente de la clase más baja, que vive en los barrios menos lujosos y que pone más importancia en las relaciones sociales que las cosas materiales.
Lavapiés es un barrio pobre, lleno de gente de la clase obrera que convive con los inmigrantes que se han instalado allá también. Es conocido por ser un barrio menos lujoso, con grafiti y pisos abandonados. Por eso, el gobierno de Madrid quería renovar y rehabilitar el barrio para que sea más atractivo para la gente más joven y más profesional. Según la página web esmadrid.com, Lavapiés es un barrio antiguo que se construyó en la época medieval. La gente del barrio siempre ha sido de la clase popular. Los edificios más típicos son corralas, un tipo de vivienda construida alrededor de un patio central abierto. Si uno va a buscar el barrio en los mapas de Google, se puede ver que casi todos los edificios de Lavapiés tienen este patio abierto en el centro, incluso los edificios en la calle Cabestreros, donde vive Zenón en De Madrid al cielo, y también se puede ver las calles muy estrechas con tramas irregulares. Hay muchas culturas diferentes allí debido a los inmigrantes que han llegado de otros países, pero no hay muchos espacios culturales. Uno de los únicos es el museo Reina Sofía.
En su tesis sobre la gentrificación del barrio de Lavapiés, Jorge Sequera Fernández escribe que el gobierno quiere rehabilitar y renovar el barrio para que sea más atractivo. Fernández explica que la manera en la que el gobierno va a cumplir este proyecto es con más instituciones de alta cultura, con la renovación del parque de viviendas y de espacios públicos y con más medidas de seguridad, incluso utilizar la videovigilancia y el refuerzo de la presencia policial (6). Sigue explicando el proceso y las medidas que ha tomado el gobierno desde 1997, cuando empezó este gran proyecto, hasta hoy en día, cuando empezamos a ver unos resultados por primera vez (Fernández). Los cambios que se han hecho incluyen “la concesión de subvenciones públicas a propietarios, la inversión pública para la reforma y el acondicionamiento de las infraestructuras urbanas, la instalación de contenedores culturales y la instalación de videovigilancia y otros mecanismos de securización” (Fernández 123). Con estos cambios, el gobierno va cambiando la zona en algo más parecido al barrio de Luis Llorente; la reformación intenta ‘subir’ a Lavapiés a un nivel menos obrero, menos pobre para que sea más urbano, como los otros barrios ya arreglados o restaurados. Los cambios requerirán la necesidad de nuevos estilos de vida, los cuales todavía no existen por todas partes del barrio obrero. El dinero y clases más altas que la obrera siempre promueven este tipo de cambio; aun Fernández explica que la rehabilitación es para “mejorar las posibilidades de acceso de jóvenes a la vivienda para dinamizar la economía del Área Central”, y explica que también el proyecto quiere renovar a la gente tanto como a los edificios y espaciaos públicos (146). Si los cambios logran cambiar Lavapiés en un barrio parecido al barrio de Manoteras, Zenón (y la gente que sigue representando) no reconocería su propio barrio y la gente que habita allá se convertiría en la minoría en vez que la mayoría que actualmente forman. Una de las únicas unidades que lucharon para los derechos de la gente y de sus vidas en Lavapiés era la Red le Lavapiés, que quería que las opiniones de los habitantes sean oídos por el gobierno y por la gente encargada del proyecto de rehabilitación, para que la gente pudiera tener su propia voz acerca de todos los cambios inminentes (Fernández 261). La Red de Lavapiés logró representar a la gente y los encargados del proyecto hicieron unos cambios para adaptarse a sus preocupaciones.
Al otro lado del centro de Madrid se encuentra la plaza de Castilla, cuya estación de autobuses llevó a Zenón a la casa de su antiguo amigo. Castilla es muy diferente que el barrio de Lavapiés; ya hemos visto las muchas diferencias entre el barrio de Zenón y el barrio de Luis Llorente en Manoteras, que se ubica muy cerca de Castilla. Según la página web esmadrid.com, Castilla es el centro financiero de Madrid, significando que es el opuesto de Lavapiés. Está lleno de sitios culturales y de sitios oficiales, incluso la Puerta de Europa y las Torres Picasso, Europa y BBVA. Visto por los mapas de Google, toda la zona es muy limpia, muy abierta, con árboles y jardines privados con piscinas. Las calles son más anchas que en Lavapiés y los edificios no tienen grafiti.
Las estructuras más famosas de la plaza de Castilla son las Torres de Europa. Tomó mucho tiempo fabricando y creándolas, y era necesario reconfigurar toda la plaza de Castilla para que las Torres de Europa queparan; ahora se ubican en el norte de la plaza. Esto es un ejemplo de la necesidad de hacer cambios en el espacio público para un espacio privado –las Torres no son espacio público, sino la idea que tenía una empresa kuwaití y el resultado de sus gastos en una estructura muy grande. En los años 70 la plaza de Castilla comenzó a reemplazar la Gran Vía como el centro de desarrollo de Madrid y fue conocido como el paseo de la Castellana (Compitello 209). Muchos de las empresas fundamentales, los bancos y las empresas de seguros, se mudaron de la Gran Vía a la plaza de Castilla, y es allá que se construyó el primer centro comercial y el primer Corte Inglés tenía su tienda principal en Castilla, donde poco a poco, el centro de la vida social se iba desarrollando.
Pero, según Harvey, citado por Compitello, todo el desarrollo que había en Castilla no era “rational urban planning” (209). Pasó poco tiempo entre la gran época de desarrollo y los principios de una crisis económica en los últimos años de los 1980, durante la cual desaparecieron los trabajos y las compañías empezaron a quedar en bancarrota; la gente que iba a comprarse un hogar ya no pudieron permitírselo y ya casi no había buenos sitios en alquiler porque los precios de la tierra y de los hogares subieron muchísimo durante el auge debido a la política capitalista, la cual era nueva y agresiva (Compitello 210). Después de este desastre económico, los socialistas intentaron empujar la economía con estrategias económicas de privatización e internalización, lo cual es evidente en De Madrid al cielo cuando Zenón pasa por el barrio de su antiguo amigo Luis Llorente, que ha tenido éxito y podía permitirse de vivir allá en el mundo cerrado y privado.
Referencias
Compitello, Malcom Alan. “From Planning to Design: The Culture of Flexible Accumulation in Post-Cambio Madrid”. Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies 3 (1999): 199-219. Red.
“Sus barrios”. Esmadrid.com. Madrid Destino, n.d. Red. 13 de septiembre de 2014.
Grasa, Ismael. De Madrid al cielo. Barcelona: Editorial Anagrama, 1994. Impreso.
Sequera Fernández, Jorge. Las políticas de gentrificación en la ciudad neoliberal: nuevas clases medias, producción cultural y gestión del espacio público. El caso de Lavapiés en el centro histórico de Madrid. Disertación, Universidad Complutense de Madrid.